domingo, 4 de septiembre de 2011

Domingo largo y un poco desordenado, que hubiera sido más largo y más desordenado sin la tripulación (¡gracias, chicas!). Llego a casa y escucho no sé qué algarabía tremenda aquí al lado, gritos y vítores y la cabalgata de las valquirias de Wagner cada pocos minutos... joder, da su poco de miedo...

Cervecita fría para relajar. Sacar de la nevera un manojo de ajetes tiernos, tres o cuatro huevos. Hay vino, hay queso. Por la ventana, además de los aullidos de la masa enfurecida (ejem), entra un vientito más que agradable.



Se me fue el domingo...

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