domingo, 26 de septiembre de 2010

breviario a vuelta de semana

La semana de vuelta al trabajo ha sido también de primeros días de otoño, el frío avanza a tientas y se refugia en la acera de sombra, en las mañanas, en los rincones. Uno va echándose ya una sabanita encima para dormir...

Esta semana, de encuentros y reencuentros y alguna despedida, he podido ver María y yo, la película que adapta el tebeo maravilloso de Gallardo, y la he disfrutado por muchas razones: porque está muy bien hecha y respeta hasta donde se puede el libro, y cuando se aleja de él no lo traiciona; porque María tiene, en efecto, supercarisma; porque en todo momento hay una mirada que no renuncia al sentido del humor y el optimismo.



Esta semana he leído Lo que me queda por vivir, la última novela que ha publicado Elvira Lindo. Una novela que he disfrutado mucho, y que, siendo una historia de amor entre una joven madre y su hijo llena de ternura (peligroso terreno, propicio a la sobredosis de almíbar), resulta de una sobriedad sorprendente y muy refrescante. Tiene momentos muy hermosos, y una escritura apasionante. (La he terminado esta misma mañana: después de leer la prensa y con los pies en alto, cien páginas del tirón. Entre ellas, el capítulo séptimo: seguramente las mejores páginas que le he leído nunca a la autora.)

Esta semana, hoy, ha regalado el diario Público la primera entrega de Cosmos, la serie documental de Carl Sagan que a todos nos fascinó en su momento. (Creo que lo he dicho ya en alguna parte: fue gracias a Cosmos que entendí cómo funciona la tabla periódica, por qué cada elemento está donde está y cómo no puede estar en otro lugar...)


Esta semana, ya digo, de encuentros y reencuentros. La próxima empieza con madrugón para acercarse al edificio Baxter a pagar unos materiales de colores, y continúa con la jornada de huelga del miércoles, una reunión (si nada cambia) el jueves con los skrulls para marcar territorio y empezar a trabajar, y un fin de semana de trabajo.

1 comentario:

JJP dijo...

Se me adelantó.
Tengo pendiente de leer el de Lindo.

Yo (ya sabe usted que aprovecho cualquier ocasión de hacerle gastar euros) le hago una insistente y refrescante y satírica y divertida y talentosísima recomendación:

Dos crímenes, de Jorge Ibarguengoitia.