breviario en rebeldía

Era de prever: los skrulls se infiltran siempre, se disfrazan, disimulan. Y el lunes, de los 4 Fantásticos, al menos uno no lo era tanto (fantástico, digo). Y andan enredando para que todo se vaya retrasando y nos pille el toro, como va siendo costumbre (y lo fue durante los pasados cuatro años). Otra cosa es que nos dejemos. Y va a ser que no, señores.

En otro orden de cosas, G se marchó ayer para todo el verano: un contrato en el Museo del Traje. Si tiene suerte, la veremos ya solamente cuando venga a visitarnos.

Y me gustó el episodio final de House. Dramático, ligeramente exagerado, emocionante.


Y que sigue bajando la temperatura: abríguense, hagan el favor.