viernes, 19 de febrero de 2010

elegancia


(Por una parte, que quede claro que me parece feo ir a insultar a un señor, sea quien sea. Por otra parte, decir que ese mismo señor insultó en su momento a todos los que votamos al PSOE, nos tildó de terroristas y cómplices de los asesinos. Lo que no justifica, pero. Y, por último, que lo de recibir insultos del público va con el cargo de presidente o expresidente... de político, en fin. Y enseñar el dedo es una grosería que define al personaje como lo que es: un prepotente despreciativo.)

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