miércoles, 17 de febrero de 2010

breviario de más nubes que claros


Fuera brilla el sol, pero hay nubes de vientre negro sobrevolándonos. Paraguas a mano también hoy.

Los zapatos azules están ya deformados, hinchados y empapados, poco se puede hacer para recuperarlos.

El lunes nevó y llovió como si lo fueran a prohibir, y la conjunción geométrica de un charco y la llanta de un coche con prisa me pusieron de agua hasta arriba justo antes del aperitivo. El martes, ayer, amaneció lloviendo y no lo dejó en todo el día: paseo húmedo después de comer y pies helados hasta la hora de acostarse.

Hoy vuelvo al trabajo y ya veo por la ventana que el sol se ha ido en el tiempo que he tardado en teclear, está oscura la calle, la tarde se presenta otra vez bíblica.

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