sábado, 15 de marzo de 2008

al sol


Que se cuela por la ventana, mientras la comida termina de hacerse a fuego lento. Hay una botella de vino abierta ya y suena La monja enana de fondo, que son chisposos y optimistas, acordes con una mañana que ha sido de sol y libros.


Les cuento que A se fue a su tierra, Valladolid, para un trabajo de lo suyo (restauración, o parecido). C está de baja y no sé nada de ella; algún rumor de rehabilitación. R, por su lado, dejó el trabajo que había encontrado (va contra sus principios, me dicen: lo de ser comercial), pero imagino que el resultado de las elecciones le habrá dado una alegría, aunque en Madriz casi todo el mundo, parece, haya votado a la derecha. M, mi amiga M, aprobó (con dos cojones) la plaza que el año pasado le robaron por la cara. Y el padre de S no acaba de entonarse, y la pobre pierde peso a ojos vista y casi parece resignada ya a lo peor...


Por lo demás, la vida sigue. A su ritmo.



Y a mí me quedan unos días raros por delante. Intensos.

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