martes, 26 de septiembre de 2006

las horas, los días...

Se hace uno con una rutina a poco que se descuide, a lo mejor porque es como más cómodo se siente. Y se levanta a las mismas horas, haya o no dormido en condiciones, haga falta o no haga falta. Y eso que tarda en reaccionar a velocidad normal, y durante unos minutos se dedica a caminar por la casa sin rumbo aparente, de una ventana a otra, encendiendo una luz aquí, apagándola después, poniendo la televisión, conectando el móvil... La ducha no arregla mucho, ni la primera sesión de actualidad soft, antes del desayuno (Montse Domínguez en A3).

En la rutina se incluyen los ratos perdidos de lectura desordenada y, a
menudo, accidental. Como se incluyen las visitas a deshoras al mercado más cercano, o los experimentos culinarios de baja intensidad.

En la rutina se incluyen los largos momentos de mirada perdida mientras por la cabeza se pasean todas las tareas inaplazables que han sido aplazadas día sí, día también. Y la búsqueda compulsiva de esa canción que uno recuerda vagamente que estaba en ese disco de... ¿dónde estará?, ah, aquí detrás, escondido...


En la rutina se contemplan las visitas fugaces al calendario y la lenta cuenta atrás de los días... Momentos de impaciencia, por un lado: ver a la gente que uno extraña, sobre todo; es lo mejor, lo que se espera como un soplo de aire fresco... Momentos de desánimo, por el otro: de nuevo el trabajo, de nuevo rutinas impuestas, que no elegidas; de nuevo los malos rollos, que no habrán desaparecido, las decepciones, la crispación.


Las horas pasan. Los días...

Septiembre se acaba.

5 comentarios:

maria josé dijo...

Ay, y a veces la rutina se rompe, y las cosas cambian, y entonces...

Mar dijo...

a septiembre le quedan unos días que hay que aprovechar... La rutina está bien, pero lo mejor es romperla, esas mañanas de despertarte, sí, pero permanecer en la cama con la luz entrando a borbotones (o la lluvia repicando en los cristales que luego tendrás que limpiar) y mirando al techo y pensando... o no...
FNaranjo!!! sal a la calle que no habrá más 27 de septiembre de 2006 (al menos en esta vida), un magnífico miércoles para hacer algo distinto (¿cambiar la imagen al blog?).
Feliz caída de hoja :)

Anónimo dijo...

Me parece divertido tomar conciencia de esos tiempos, entretiempos...

Anónimo dijo...

Os repito una cita del diálogo entre Babieca y Rocinante que , creo, viene al pelo:

B: ¿Es necedad amar?

R: No es gran cordura

B: Melancólico estais

R: Es que no como

:)

J77 dijo...

Yo que vivo en una voragine semanal esos momentos me quedán muy lejos, a veces hecho de menos no hacer nada, simplemente salir a pasear, sentarme en un banco hasta que viene a darte la murga un mendigo, tomar un café y mirar a la gente que pasa por la calle.

Disfuta de esos momentos que cuando desaparecen los echamos de menos.