sábado, 17 de junio de 2006

esos sábados...

Eran las ocho de la mañana, poco más o menos.

Una mujer se ha puesto a vocear. Llamaba a alguien... A una tal Tricia, me ha parecido entender. (Que será Patricia, no sé...) La llamaba a voces, con insistencia. Allí, de pie. Al ladito justo del portero automático. (Que funciona, sí: lo he comprobado luego, una vez levantado y vestido y desayunado... Funciona perfectamente y está para eso, para llamar a la gente sin que la calle entera se entere.)

Despertar accidentado, ya ven. No he vuelto a dormirme, aunque arrastro sueño de días.

Hace sol otra vez, hoy. Pero hay un buen puñado de nubes desperdigadas por el cielo: blancas, y espesas, de panza oscura.

En Babelia descubro un nombre que me enciende la curiosidad: Irene Gracia. Edita, en Siruela, una novela titulada El coleccionista de almas perdidas. Tono oscuro, parece. Con autómatas y atmósferas turbadoras, parece. Miraré a ver.

Descubro, también, que Atalanta publica un volumen con tres relatos de Vernon Lee.

Más nombres y títulos en la agenda de a ver si acaso...


Buen día.

2 comentarios:

maria josé dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
maria josé dijo...

El coleccionista de almas perdidas!
Tomo nota.
Besos.