lunes, 17 de abril de 2006

en blanco y negro

Recuperar un puñado de historias que, si la memoria no me engaña, no acabé de entender en su momento. Quizá era muy joven (un chaval, acostumbrado a la dieta de Jabatos, Spidermanes y Mortadelos típica de entonces, rica en fibra y en proteínas, pero de digestiones lentas, casi embrutecedoras...). Quizá me faltaban referentes, cultura, una educación que sólo se consigue con tiempo, con años de papel amarillento, de celuloide gris, de televisión en blanco y negro.

Recuperar la obra de Figueras, uno de nuestros grandes, y descubrir en ella una sensibilidad reconocible, un espejo en el que mirarse. Descubrir el amor por lo popular, lo ínfimo, lo efímero, lo pueril. Bellísimas páginas, poética de derribo.

Recuperar las planchas de Topolino y descubrir un universo cerrado, coherente, hermoso, vivo, cuajado de poesía. Un universo creativo cercano al cine mudo clásico (esos policías bigotudos corriendo de un lado para otro, esa permanente sensación de sorpresa: en cada fotograma, en cada página).


Una excelente edición, documentada, cuidadosa: hecha con respeto y con cariño. Un libro a releer a menudo. Una demostración más: esto es Historieta; esto puede ser la Historieta que amamos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es.
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Yorkshire dijo...

Ecce Homo (Aunque ya ha pasao la Semana Santa)

Octavio B. (señor punch) dijo...

uno de esos que es caro, pero barato.
Me entienden, ¿verdad?

Y parece que a los pocos se va saldando la deuda con nuestra historia viñetera: Glenat, El Jueves, ahora Astiberri... ¿me dejo alguna edit que se haya interesado por nuestros autores últimamente?¿Me saca alguien, please, Cuto y una integral de Raf?

fcnaranjo dijo...

Eso, sí: Raf, please...

Aura dijo...

Y que sonrisa se le queda a uno después...

:)

Un saludo.