viernes, 10 de febrero de 2006

regalo

Está ya en casa. Heike Monogatari, Editorial Gredos.

Una edición menos rumbosa que las del Genji Monogatari, pero modélica en su honradez, en la claridad de su mirada, en su solidez y en su coherencia. Y en su poética, también; y es eso lo que cuenta.

Da un poco de vértigo adentrarse en sus muchas páginas, pero qué placer hojearlo despacio y al azar. (No descarto frecuentarlo a lo largo de las próximas semanas... De hecho, me apetece mucho.)


No se pierdan, por cierto, y aunque no venga a cuento, la entrada de hoy de la bitácora del señor Espada.


Por lo demás, el cielo está tiñéndose de gris ahora, el aire sabe a cristal molido y no puedo evitar estar de bajón, como quien dice. (Cosas mías...)

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