martes, 31 de mayo de 2005

llueve...

Hoy, como un bobo, me he pasado de estación mientras leía en el metro, al volver a casa del trabajo. Hacía tiempo que no me pasaba.

Sí, continúo embarcado en Jonathan Strange & Mr. Norrell. Casi quinientas páginas ya. Y va bien, muy bien. Y era un momento especialmente sorprendente... pero el caso es que se me ha ido el santo al cielo y me he pasado.

He salido luego a la calle para bajar andando: diez minutos, algo más.

Y se ha puesto a llover, claro.

No, no se rían: ha pasado un autobús que me viene bien y lo he cogido. No me he mojado, apenas.


Más allá del desconcierto general que me ha anidado en el cuerpo después, de lo que yo les quería hablar es del frescor de la lluvia. Del placer de hacer un revuelto con espárragos y cebollita y jamón mientras se bebe uno una cerveza fría. Del placer de, entre sorbo y sorbo, asomarse a la ventana y ver llover. Del olor de la lluvia, ¿saben? (A riesgo de caer en la cursilería...)


También he leído hoy el Astonishing X-Men de Whedon, que me sigue gustando mucho.



Y ahora, antes de acostarme, pasaré la hoja del calendario para encontrarme mañana, cuando me levante, con el mes de junio entero para mí, sin anotaciones, sin encargos, sin citas previas.

Más Durán, y mejor que nunca

Lo comentábamos ayer en el bar: lo de este hombre ha sido no una evolución, sino una explosión. Como ver una de esas flores que se abren ante nuestros ojos en los documentales de naturaleza o en los comerciales que venden felicidad a plazos. En muy pocos años se ha confirmado en el mercado con un puñado de libros magníficos que han desembocado en este último título, seguramente su mejor obra.



Dueño de un universo poético muy personal, de resonancias míticas y no exento de una peculiar ternura, Luis Durán entrega aquí su libro más redondo, a mi juicio. Porque supone una especie de resumen temático, una vuelta de tuerca a sus obsesiones: el tiempo, la magia, la realidad y la fantasía, la figura del que es diferente, la soledad, la muerte... Y lo hace gracias a un entramado fascinante que parte de una mentira (en palabras del personaje) que es, ni más ni menos, que el inicio de toda ficción, de toda fábula: ¿y si hubiera escogido este otro camino? Un entramado que se va desvelando mágico, que manipula el tiempo y el tempo, que se adentra en preguntas que son poemas y genera una belleza melancólica, porosa, más propia de viejos cuentos de hadas que de modernas historias de consumo.

Me consta que del libro se hablará aún mucho. Estas primeras notas no son más que hoja de ruta, por así decir, de mis impresiones tras una primera lectura.

(Una hoja de ruta en la que no puede faltar la mención a la calidad de la edición, con un papel adecuado y una presencia sólida que se ven, eso sí, un poco eclipsados por la maqueta, un poco torpe: esas letras gordas y con efectitos, esos créditos de cuerpo gigante, innecesarios y molestos...)


Caballero de espadas es, ya, uno de los libros del año. En un año que ha dado, a estas alturas, unos cuantos libros del año...


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Y, ya que estamos, un par de cositas: que está nublado, que ya tengo la garganta razonablemente bien, pero sigo aún congestionado. (A ver si va a ser la alergia, al final...)

Y que ya luego, si acaso...

se acabó el lunes

Ya lo dice el amigo ÁNGEL, aquí al lado: vaya día raro; vaya días raritos. ¿Dónde está el sol? Pero un sol educado, cortés, no sé si me explico. Que ahora llueve, una lluvia blandita que apenas si acaricia el alféizar y sirve para que sea uno consciente de que ahí fuera hace fresco, no como aquí, en casa, que parece que se acumula el calor de todo el día y se empeña en supurar por las noches, y así no hay manera. Ahora llueve suavito, en fin, pero a lo largo del día la cosa ha sido muy distinta, y el cielo encapotado ha traído de todo: de bochornos repentinos a inoportunos vientos racheados. Y cuatro gotas. Y así no hay quien pueda.


Lunes, les decía. Tertulia, ya saben.

Tebeos recién desembalados. (Un Chaykin nuevo, entre otras alegrías.)

He tenido acceso, además, al libro que Planeta le edita a Luis Durán. (Así, a primera vista, lo más bonito que le he visto desde lo de Lanza en astillero. En cuanto que lo lea les cuento, que a este sí le tengo ganas...)


Y Rafael Azcona ha estado en el programa de libros de la 2 (Estravagario, me parece que se llama). Un tipo sensato. Una entrevista demasiado breve.



Y a lo mejor sería ya hora de ir metiéndome en la cama, que mañana tengo la mañana complicada... y un par de textos casi a punto.

lunes, 30 de mayo de 2005

europatía

Eso, que van los franceses y dicen que no. Non!

Y yo no acabo de entender la cosa. O sí, pero.

Es decir, que sí, que vale, deslocalizaciones, los nuevos miembros y sus necesidades estructurales, que a ver qué pinta Turquía en todo esto... Que si el liberalismo económico, que si esto o lo otro. Bien.

Pero, por otro lado, si hay algo que pone de acuerdo a la extrema izquierda más trasnochada con los ecologistas y con la extrema derecha de Le Pen... pues qué quieren, yo desconfío. Por sistema. Por instinto. Que los sectores más inmovilistas y papanatas del país vecino voten contra algo me parece razón suficiente para votar a favor.


Pero yo sé que soy simplista (y hasta demagogo) en mi análisis, que ni a análisis llega: mero apunte más visceral que meditado. Y yo sé que no sólo son los que he dicho los que votaron en contra. Y sé también que hay mucho voto de castigo a su gobierno.


Y sé también que el resultado va a tener consecuencias gordas e inmediatas allá, en la Francia. Como sé que, de haber ocurrido lo mismo por aquí, la cosa no hubiera ido a más y es improbable que hubiera dimitido nadie. Un tropezón, poca cosa...


En resumen, que ya es tarde: que es obligado admirar a los franceses, señores; por sus tebeos y por mucho de su cine; por sus libros y mucha de su música; por sus señoritas, claro; y por los cojones que le echan a las cosas. (Aunque me parece que ahora se han equivocado... pero al menos les habrá servido para limpiar un poquito su gobierno, que viene siempre muy bien, ¿no les parece?)


Eso.


Por lo demás, está nublado ahí fuera. Y me duele un poco la garganta. Y estoy a medias con todo... para variar.


Y es lunes.

domingo, 29 de mayo de 2005

ficciones

Pero, además... hace un par de días, en el periódico: han aparecido dos combatientes japoneses de la II Guerra Mundial, perdidos en las selvas filipinas.

No, en serio... ¿quién le escribe los guiones a la realidad?

diatriba

Breve, eso sí.

Para empezar, cómo decirles: he pasado una noche muy puta. Cosa de los calores intempestivos, una congestión nasal inesperada y un trágico dolor de garganta que me tiene más indignado que doblegado, seamos justos. Si añadimos las manadas de borrachos de acento pintoresco que berrean cada sábado noche por la calle (en mi barrio, al menos) y el estrés del despertador, sonará o no, lo escucharé o no, llegaré tarde o no... (he trabajado esta mañana, sí...) pues eso, que ni una ensaladita francamente sabrosa ha podido quitarme el mal sabor de boca que me está dejando el domingo.

Y eso que he estado viendo Una historia china de fantasmas, en una edición (inmunda) de Manga Films que encontré hace poco, muy barata. No la recordaba tan delirante.


Y es que, claro, he comprado hoy El Mundo por aquello de la colección nueva de comedia en DVD y porque la primera película era Manhattan Mistery Murder (que me gusta mucho), y me encuentro con que regalan Ser o no ser, la de Lubitsch... pero bien claro lo pone en la carátula: únicamente en versión doblada. Eso y hojear el dominical en colores, que me ha parecido un perfecto horror, ha sido el umbral de una mañanita de órdago...


Para más inri, ando a mamporros con el texto de la Semana Negra, que no acabo de saber rematar. (Nada, cosa de poco... pero justo lo que más importa, lo que dará el tono general y atará cabos, referencias, qué sé yo...) Y ya voy más retrasado de lo aceptable...


Bah, bah... Ya ven, un gran fin de semana de resfriado. Con hormigas. Y un cielo peligrosamente gris que no impide que aquí dentro, en mi casa, pegado al ordenador, haga un bochorno importante.


¿De tebeos? No, tampoco hoy hablo de tebeos. Para entretener la espera, eso sí, les recomiendo esta entrevista. Se dicen cosas prometedoras.

sábado, 28 de mayo de 2005

hormigas

Periódicamente regresan a mi salón las hormigas. Son pequeñas, aladas, y tardan unos días en hacer lo que sea que las hormigas de sus características hacen a estas alturas de año. Luego, mueren. (Es decir... mueren todos los días, pero de repente, sin más, dejan de estar.)

A ratos me preocupo. Y me pregunto de dónde salen.

Otras veces me siento en el prólogo de una vieja novela de Ballard, no sé, justo antes de que se desencadene la catástrofe que dio lugar a El mundo sumergido, algo así. (Que la cosa coincida con el repunte de calor que empieza a tenerme ya agotado, ayuda al ejercicio onírico...)


Hubo otras, antes. En la cocina, en el pasillo. Normales, de esas negras que se limitan a buscar comida y dibujan sus caminitos punteados sobre la plaqueta con minuciosidad de parvulitos. Uno se agachaba y, desde esa perspectiva, buscaba la entrada del hormiguero y la cerraba con silicona. A los pocos días aparecía otra entrada en otra parte, y el proceso se repetía.

Eran educadas, a su manera hormiguil. A pesar de dibujarme en la cocina todos los paralelos y meridianos del mundo, jamás se decidieron por la vertical, y no llegaron a descubrir que ahí, a unos centímetros del suelo, había azúcar, miel, harina...

Y desaparecieron. Un buen día, no se abrió otra boca del hormiguero.


Sus sustitutas apenas están por aquí dos, tres semanas, ya les digo... Resultan un poco molestas. Y provocan una sombra de ternura, también, cuando se descubre que lo del aterrizaje lo tienen muy poco estudiado, las pobres.


Pero hacen su trabajo con puntualidad envidiable: heraldos del calor.

El verano, señores, está ya aquí. Es oficial. No hagan caso de sus calendarios, no hay nada como un puñado de hormigas.

Se lo digo yo.

viernes, 27 de mayo de 2005

sin excusas

Que el sol aprieta fuerte: es un hecho. En las aceras ya casi no se puede estar, salvo que haya cerca algún árbol piadoso para prestarnos un poco de sombra... o alguna terracita con sombrillas donde acomodarse a mirar a la gente que pasa mientras se toma uno una cerveza fresquita.


He estado charlando hace un rato con mi amiga B. Muchas cosas que contarnos, aunque al final todo se reduce a que las cosas no van tan bien. En general. (Pero nos une el convencimiento, no sé si un poco idiota, de que acabarán por mejorar. En general, insisto.) Me guarda un libro de Pilar Pedraza que le presté hace un tiempo y no pudo leer, porque el embarazo y bañeras sucias de sangre son mala combinación, y después le cogió como respeto. Y me cuenta que acaba de descubrir la cosa galáctica de Lucas con las reposiciones televisivas que han acompañado al estreno de la última película. (Ella era demasiado pequeña por entonces; demasiado para engancharse.)

Ya ven: cuando unos nos vamos despegando, vencidos no sé si por cierto descreimiento o por el puro tedio Jedi, otros desembarcan en la magia con los ojos limpios. Qué envidia...



En alguna parte he guardado un listado de asistentes a la Semana Negra de este año. Escritores, ilustradores... Tengo que encontrarlo y se lo iré colgando por acá este fin de semana, si eso.



Y cada día estoy más convencido de que hay alguna conspiración contra mí; o a mi favor, no sé cómo interpretar las señales. Porque leo que este próximo mes se editan (en DVD) joyas de la categoría de La casa de las dagas voladoras, Largo domingo de noviazgo, Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket, Sky Captain y el mundo del mañana o El aviador. (Admito que son joyas relativas y opinables, por así decir. Y no voy a comprar todas, porque además hay otras cosas en cartera a las que prestar atención... Pero son títulos que tengo ganas, muchas ganas, de disfrutar en privado, por una u otra razón.)


Lo que me lleva a una reflexión, con la que ya cierro, que se me echa la hora encima: ¿por qué apenas hay un tebeo en el mercado, en cualquier mercado, que me provoque la misma sensación que un puñado de películas como el del anterior párrafo? Los hay, sí... tres, cuatro al año.

¿Debería preocuparme?


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Hay dos canciones que hoy no se me van de la cabeza: Lloraré (Las Escarlatinas) y Completamente sola (Nosoträsh).

miércoles, 25 de mayo de 2005

una cubierta irresistible...

Por eso está aquí, sí... ¿Cómo la calificarían? Yo dudo entre el kitsch (que tampoco) y la ternura. ¿El texto? Breve, predominantemente informativo, a juzgar por lo que he podido hojear. Pero hay imágenes tan irresistibles como la de la cubierta: tanto grabados clásicos, ya saben, como fotografías...



Está a mano, como tantos otros que me gusta mirar de cuando en cuando. A mano ahí, encima de la mesa, en el montón de a ver si lo leo uno de estos días...


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Bueno, asunto de impuestos arreglado.

Sí, pago. Claro... He llamado quince veces y por fin, después de comer, una señorita muy amable me ha sacado de dudas, ha trasteado un rato con la calculadora, ha grabado la conversación y me ha dicho cuándo me pasarán los cargos (no sea que me pille sin un duro en la cartilla). Un encanto.


Y mi hermano está ya en casa, todavía un poco rígido, pero ya operativo, parece.


¿Todo bien? Bueno... no conviene exagerar. Pero mañana vuelvo al trabajo, así que más vale hacerlo con una actitud positiva... o engañarme a mí mismo, en su defecto. (Así que sí: todo bien, gracias.)


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(Uno de estos días tengo que acordarme de hablar de tebeos...)

bajo tierra

Se lo contaba hace unas semanas: las cosas que uno ve en el metro... (Por entonces no les hablé de lo que pensaba: algo ocurrió que me quitó las ganas, o no sé...)

Hoy, aquí, en casa, con el borrador de la declaración esparcido por encima de la mesa a la espera de poder contactar con Hacienda y decirles que hombre, ya, pero es que; con un cielo azul que da gusto asomando desde la ventana, con toda la tarde por delante para dedicarme a eso que tendría que estar ya terminado, les cuento.

En metro, yo, leo. Me gusta leer en el vagón. De cuando en cuando levanto la vista, miro al paisanaje. Compruebo por qué estación vamos, no sea que. En el autobús no puedo: me mareo, como los niños chicos. Abajo sí, no tengo problema. Aunque a veces hay demasiada gente y es complicado sostener el libro. O las conversaciones de demasiados decibelios.

O que a veces no tiene uno ganas de nada y el libro se queda en la mochila y total...

Sin embargo, de cuando en cuando he sido testigo de actuaciones, incidentes, performances... llámenlo como quieran. Esa gente que a veces aparece para tocar algo, cantar, pedir la voluntad... ya saben. Por lo general, son ya paisaje, algo habitual que ni siquiera te hace levantar la vista del libro. Hay excepciones: a ellas voy ahora.

Una vez, un grupo de chavalas con trajes de época acomodados como a manotazos sobre el vaquero y la camiseta, interpretó a la carrera y con entusiasmo contagioso un par de breves textos clásicos, en verso: Calderón, Lope, no sé...Dos estaciones seguidas moviéndose por el vagón y declamando con los ojos chispeantes. (¿O era Romeo y Julieta? Demonio, ya no me acuerdo...) Fue un momento casi casi mágico. No sé si recaudaron mucho. Sí recuerdo la cara de pasmo de casi todos los viajeros. (Y la indiferencia irritada de unos cuantos...)

Otra vez, no hace mucho (unos meses), me topé con dos raperos franceses que se marcaron unas rimas allí mismo, en el vagón. Ya saben, bases rítmicas de aires mestizo y los dos tipos imbricando sus versos con gesto arrogante. Nunca había visto nada parecido... y me gustó, la verdad. Lo hacían bien. Y era un cambio con respecto a la media musical subterránea... Un cambio refrescante.

Por último, no quiero dejar de mencionar a un músico con el que coincido de cuando en cuando en determinada línea, un trompetista de mirada lánguida que toca (muy bien) clásicos de jazz. Es un placer escucharle esos pocos minutos que invade el espacio mudo en el que aprendes a encerrarte cuando vas a menudo en metro.



Sociología de trapillo, me dirán.

Ni eso, creo yo... Puro anecdotario. Inofensivo. Ni rastro de épica. Ni de lírica... Pura letra pequeña, de la que se olvida al pasar la página.

También para eso estamos aquí...

aviso a navegantes

Eso. Que el martes se va mudando en miércoles ya, al paso de los minutos. Y no me quería ir a la cama sin aclararles antes: que sí, que Los Picapiedra. Asombroso. Bajo ningún concepto deben ustedes quedarse sin esa joya... (Grandes las voces, por cierto, en inglés: sorprendentemente similares a las del doblaje que conocimos de pequeñitos...)

Confiemos en que se editen más temporadas.


Ahora ya sí: buenas noches.

martes, 24 de mayo de 2005

accidentes (o no)

Les comentaba ayer: un libro curioso que me acaba de llegar, vía Previews, y del que había leído elogios en Locus. Una especie de broma victoriana (una broma amorosa, respetuosa), con una nómina deslumbrante de colaboradores y un trabajo de producción más que notable.

Estas cositas que a uno le alegran la vida... aunque sea un ratito. (Buen papel, además... una edición razonablemente económica y modélica.)



Sumen a esto que me llegan noticias de que el tercer tomo de Peanuts puede estar a punto de caer en mis manos: pequeñas alegrías, ya les digo. Accidentes felices.


En otro orden de cosas, a punto estoy de terminar de visionar Retorno a Brideshead: un absoluto gozo que no se acaba nunca; podría uno elegir al azar una escena, cualquier escena de un episodio cualquiera, y verla una y otra vez... Adaptación ejemplar de una novela que, a mi juicio (no sé si apresurado: hace años que la leí...), no está a la altura...

Justo después, me pondré con Los Picapiedra. Que va a ser un cambio considerable, claro... pero que me proporcionará, estoy seguro, un buen puñado de buenos momentos. (Y más de una sorpresa.)


Por lo demás, por aquí sigue brillando un sol de no creérselo...

lunes, 23 de mayo de 2005

otra semana

Un amigo en el hospital, recuperándose ya.

Mi hermano pequeño también: en dos días volverá a su casa, como nuevo.


Dentro del caos, los desastres que me caen cerca no dejan de ser livianos... Cuatro puntadas, un poco de suero y a casita. Vamos bien, por tanto. (O eso queremos creer...)


Y hoy, entre carreras al hospital y comida con los amigos, el retorno del gran A, unas copas y mucha conversación, algún libro inesperado me he traído a casa (mañana se lo escaneo a ustedes, que tiene su encanto).

Sigo, eso sí, con más cansancio del razonable, y ligeramente perdido, como sin saber bien para dónde tirar, si me permiten la expresión. ¿Norte, sur?


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Además, hoy debería haber luna llena, según mi calendario.

Desde la ventana no alcanzo a verla...

domingo, 22 de mayo de 2005

otro más...

Pero había, en el mismo sitio (una caseta de Moyano), dos montones; muchas decenas de títulos. Algunos, con cubiertas preciosas, como la de más abajo. Imaginarán que tengo intención de volver por allí en breve... pero, como el señor Cuadrado comentaba hace un rato (un poquito más abajo, sí, a propósito del hallazgo anterior), no hay espacio. No puedo guardarlo todo. Es imposible conservarlo todo... como es imposible comprarlo todo. (O leerlo todo, que ese es otro problema... no sé si más grave.)



En cualquier caso, acá tienen este otro tesoro. Pequeño, acaso desdeñable: para muchos, sin duda. No para mí. No me canso de mirarlo.


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EPS.

Dejemos a un lado el asunto Astérix. Que hayan utilizado la edición que hay ahora en el mercado era de prever. (Lo que yo no sabía es que fuera tan lamentable.) Es vergonzoso, pero a nadie debería sorprender.

Pero la entrevista a la señorita Satrapi clama al cielo.

Recuerdo aún la que en su momento le hicieron a Ruiz Zafón, empeñados en reprocharle que vendiera tantos libros, empeñados en pedirle explicaciones por su éxito. El tono de desprecio, la insistencia en hacerle de menos; por eso, por vender mucho.

Lo de este tipo, Jordi Soler, va en una línea parecida, pero no está claro qué le parece más digno de burla, si el hecho de que la señorita dibuje tebeos o el hecho de que se empeñe en tener opinión propia. El retrato que hace de la entrevistada apenas si llega a mera caricatura sexista (y casi, casi... racista; aunque no hable de razas, sino de religiones; o de actitudes). Y, por supuesto, ese empeño en explicar que el mural que la Satrapi está pintando para el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona parece más un cómic que una pintura; y el regocijo con que reproduce el enfado de la autora cuando se lo dice...


Se lo recomiendo a todos: así no se hace una entrevista.


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Sigue brillando el sol, pero me cuentan que de vez en cuando sopla un viento más que desapacible.

otro hallazgo

Humilde y de título irresistible: ¿no se sienten identificados? Yo sí...



¿Y qué me dicen de la ilustración? ¿No les parece una delicia?


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Fin de semana.

Domingo.

Me duele un poco la espalda. Arrastro más cansancio del que pensaba. Y tengo unas cosillas por hacer aquí, delante de la pantalla.


Fuera, al otro lado de la ventana, sol y un cielo azul espectacular.


Suena un disco de Pastel Vespa: versiones con glamour lounge de clásicos tan dispares como Anarchy in the UK o California dreaming.


Que les vaya bien el día.

sábado, 21 de mayo de 2005

Un hallazgo inesperado

Para entretener un poco el fin de semana, les dejo aquí lo último que he encontrado en el VIPS, filón de ofertas que procuro no frecuentar demasiado por aquello del espacio casero; de su falta, más bien, ya saben...



En este caso no se trata de una oferta: 25 €uros, nada menos. Además, acaba de distribuirse, y la fecha de edición es de este mismo año. Se trata de una autobiografía del mítico Robert Crumb, aliñada con una espléndida selección de ilustraciones, bocetos, historietas y fotografías (impagables, por cierto)... Incluso se incluye un CD que contiene una antología de piezas interpretadas por el propio Crumb y los diferentes grupos de los que se ha acompañado a lo largo de su carrera musical.

Tapa dura, sobrecubierta, 440 páginas, muchas de ellas en color. Edita M Q Publications Limited (MQP).


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¿El día? Bueno... qué decirles... Los he tenido mejores.

Ya lo creo: mucho mejores.


(Sí... nuevamente, no hagan caso de las fechas: escribo esto antes de que el sábado amanezca.)

viernes, 20 de mayo de 2005

viernes

Bueno... La primavera va derivando hacia un verano que se presenta sofocante. (Si ya hace calorcito, es que en un par de meses no habrá quien respire... supongo.)


Reorganizo un poquito la mesa camilla: dos o tres libros encuentran acomodo (precario, ay) en otro sitio; hasta que se venga todo abajo, y entonces veremos... Repaso el periódico: no hay referencias a la presentación de ayer. (O estoy tan cansado hoy que no la he visto... a saber.)


Ayer, además, fue el macroestreno del siglo, ya saben: el Lado Oscuro y eso. En todos los telediarios, cientos de frikis del mundo todo parecían haber tomado la calle. Comentarios de número de salas en las que se estrena, cifras, ventas... De cine no habló nadie.

Inquietante.

O no, vaya usted a saber.

No sé por qué, pero tengo la impresión de que no voy a verla en los próximos días. Ni en las próximas semanas.

Eso, si la veo en los cines... que me da a mí que no.


Pero no es por rechazo o por pose: es más bien cansancio; o aburrimiento. (Es que a mí nunca me gustó el circo... necesito algo más que malabarismos para que me saquen de casa.)


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Pero claro, si hablamos del Lado Oscuro... parece que estos días alguien de la SGAE ha propuesto la idea de que e implante una especie de carnet para poder acceder a internet. Para evitar el anonimato en la Red, dicen.

Eso sí que resulta inquietante, ¿no les parece?


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¿Les he dicho ya que hace calor?

jueves, 19 de mayo de 2005

otro de esos días...

No, que todo se ha liado y al final no pude acudir a la presentación del libro de Los tebeos de Madrid.

Todo, todo ha ido saliendo mal. Minuciosamente mal. Como con un plan... Minutos, apenas cinco más o cinco menos, y todo desbaratado. Y así, toda la mañana, toda la tarde...


Todo mal.

miércoles, 18 de mayo de 2005

Largo día. Larga, muy larga tarde.

No ha pasado sin satisfacciones: saludar a J.I. Tras unos cuantos meses de leerle, ha sido agradable encontrarme con él, aunque haya sido de forma un tanto precaria (por precipitada y, no sé, improvisada...).


Por lo demás, ya saben: un bonito cielo.


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En el Canal +, hace un rato, documental de producción propia en torno a la realidad telivisada, los reality shows, esas cosas. Sorprendente. En su obligada síntesis, muestra un abanico amplio de formatos y evoluciones de los mismos. Y apunta posibles futuros. Y da mucho que pensar. (Pero, sobre todo, da pistas de las raíces del asunto, que se remontan a los años setenta, nada menos...)

Les recomiendo las redifusiones.

noticias desde Gijón

De los poquitos festivales, eventos o actos públicos a los que me gusta asistir, la Semana Negra es quizá en la que más disfruto. Porque puedo perderme entre le gentío, porque la gente de la Organización y los simpatizantes y asistentes habituales se convierten casi en una segunda familia (de las que gusta tener, de esas que se desviven por tí sin resultar agobiantes). Además, la ciudad es bonita y agradable de pasear. Hay mar, hay buenos bares, se come muy bien...

Una enciclopedia de razones, ya ven.



Pero es que, además, las actividades que tienen lugar en torno a la Historieta tienen, siempre, interés. (Qué les voy a contar: aplaudir al señor Toppi por las muchas páginas que me ha dejado en la memoria, cenar con el inabarcable Steranko o tomar sidra con un perplejo y afable Eddie Campbell... Por no hablar de desayunos con Ian Watson y George R.R. Martin, prolongadas sobremesas con Altuna... qué sé yo.)


Este año se inaugurará algo que han querido llamar Nuevas Miradas, una reflexión colectiva en torno a los nuevos aires que parecen recorrer las viñetas nacionales más inquietas y que se concretará en seis nombres propios, cada uno de ellos presentado, interrogado y analizado por un teórico más o menos cercano. Así, Jorge García hablará de y con Leiva; Toni Guiral hará lo propio con Carlös, y Yexus con Santiago Valenzuela; Quim Pérez se enfrentará con Miguel Brieva, Pepe Gálvez lo hará con Alberto Vázquez yNorman Fernández con Raquel Alzate. Serán charlas individuales (y públicas, claro: eso es lo fundamental de la Semana Negra) con apoyo audiovisual que tendrán lugar en un nuevo espacio, menos expuesto que la Carpa de Encuentros. Todo ello estará acompañado de la edición de un libro que, bajo el evocador título Hermosos y malditos, recogerá trabajos de cada teórico centrados en su correspondiente analizado. El libro, como es costumbre allá (otro hallazgo), se regalará con el periódico A Quemarropa del día 9 de julio.


Pero la cosa no va a acabar ahí. La exposición principal será una antológica de autores españoles de los años sesenta, setenta y ochenta. Irá acompañada de un catálogo, como es de ley, y muchos de esos autores se pasarán por allá, seguramente.

Y, por si fuera poco, el libro especial que suele editarse con patrocinio de Pepsi (anteriores títulos recogieron trabajos agrupados bajo la común temática, o excusa estética, de Leonardo o del cuadro La habitación de Arlés) se centrará este año en la figura de Salgari. Un puñado de autores de diferentes medios se atreverán a acercarse a la figura del inagotable escritor, desde el amor, la leyenda, el respeto, la melancolía o la ironía. ¿Nombres? Fernándes, Pellejero, Garcés, Marta Cano, Buckingham, Manfredi, Milazzo, Rolo Díez, Carlos Puerta y Lorenzo F. Díaz... quizá un servidor... Tapa dura, formato cuadrado...


Qué les voy a decir... El programa promete, estarán conmigo.

Pero se me hace ya tarde. Les contaría que el disco de Nosoträsh me ha gustado mucho. Que el cielo está hoy de un azul espectacular. Que la fotografía de aquí arriba es cortesía de Carlos Puerta, tomada en Gijón en julio de 2003. Pero es que no me va a dar tiempo, ya les digo...

martes, 17 de mayo de 2005

o sol

Como les decía, la primavera de Madrid debe ser esto. Es decir, amagar lluvia y gris para que uno luego arrastre el paraguas todo el día bajo un sol de justicia que no lo ha sido tanto, lo reconozco, porque la nieve en la sierra y eso, pero que no deja de ser molesto y muy, muy desconcertante.

Por lo demás, jornada un poco caótica. El metro iba esta mañana bastante más lleno de lo normal, he llegado tarde a clase (cinco minutos, no dramaticemos), la comida ha sido parca, el trabajo es cada día más cansado...

Los martes no son lo mejor para mi ánimo.


Alguna compra: dos películas hasta ahora inéditas de Wong Kar Wai en DVD (Days of being wild y As tears goes by) y el nuevo CD de Nosoträsh, Cierra la puerta al salir. Cosas, a mi entender, de enjundia. O caprichos; que, en la distancia corta, viene a ser lo mismo.


Y me gusta, antes de meterme en la cama a dormir, asomarme a la ventana estas noches frescas con olor a humedad, a frío, a jardín descuidado. Procuro hacerlo siempre. Hay una especie de silencio esponjoso, impostado... al acecho.

lluvia

La primavera debe ser esto. (O se le debe parecer mucho.) Dormir fatal, tener pocas ganas de nada, pelearse en privado con las alergias. Tener la cazadora a mano, no sea que. Levantarse y descubrir que, como hoy, llueve; escuchar, después de que apagas el despertador, el agua que cae al otro lado de la ventana cerrada, no creerlo, acercarte y sí: todo en gris sucio y el ruido de los coches sobre el asfalto mojado.

Y buscar un paraguas. Y pararse un momento, pensar qué importa si no voy hoy...


Y no, claro. Hay que moverse. Preparar la mochila, buscar un calzado menos comprometido. Buscar algo ligero para leer en un metro que estará hoy saturado de olor a ropa húmeda, erizado de paraguas mojados.



Martes.

a destiempo

Aquí, después de cenar a deshoras y a punto de acostarme, que arrastro sueño y mañana madrugo.

Les comento: el jueves 19 (es decir, en dos o tres días, dependiendo de cuándo me lean) se presenta en la Concejalía de las Artes de Madrid, en el número 24 de la Gran Vía (si no recuerdo mal, que como soy así, no lo he apuntado, ay), el libro De Madrid a los tebeos. Una mirada gráfica a la Historieta madrileña. Será a las 11 de la mañana, y habrá gente variopinta, supongo. (Por ejemplo, los autores. Quizá, incluso yo...)

Puede que entonces consigamos enterarnos de cuándo, dónde y por cuánto saldrá a la venta el libro; que es, y me van a permitir un momento de vanidad, un señor libro.


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Otras cosas.

Que tengo en casa ya el pack de Los Picapiedra. DVD. Primera temporada.

Y el TOS 13, que a ver si miro despacio mañana.


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Otra semana por delante.

Vamos allá...

lunes, 16 de mayo de 2005

N de Natalie

Y esto ya es un capricho personal... si me permiten.

A esta chiquilla la conocí gracias a Luc Besson (El Profesional: gran película). Luego, me enamoré de ella en Beautiful Girls. Le perdí la pista. La reencontré gracias a George Lucas, pero ya no era la mismo, ¿saben? El hombre de las galaxias tiene una particular fijación a la hora de asexuar a sus personajes femeninos. (Incluso a los masculinos...) Fría y de porcelana, la reina Amidala, a mí, me deja indiferente.



Gracias a los chicos de ADLO! me ha llegado esta imagen de la nueva Natalie, tal y como aparecerá en la adaptación fílmica de V de vendetta., el más reciente capricho de los Wachowsky. Y a mí ha vuelto a gustarme. Mucho.

(Ya sé: la habrán visto ya todos a estas alturas: en Cannes paseó su rapado por al alfombra roja con ese glamour que dios le ha dado...)


Ahora sí les dejo, hay mucho por hacer todavía antes de salir. Feliz día.

si hoy es lunes...

Pues eso, que si es hoy lunes, por qué no dejarles aquí otra pequeña joyita de esas que uno guarda con cariño en su biblioteca. Es un breve cuento infantil, editado con un gusto envidiable por Cornélius y escrito por Anna Rozen. El resto (la espectacular puesta en página, el delicado homenaje a los cartoons de la UPA, la delicadeza, la imaginación visual, la belleza) lo ponen dos viejos amigos de por aquí: Dupuy y Berberian. Ya saben... Una de las primeras imágenes que colgué acá fue, precisamente, la reedición remasterizada (a cargo de Cornélius) de su Petit peintre. Los tenía un poco abandonados al respecto...



Por cierto, en alguna parte he leído que habría un nuevo Monsieur Jean allende los Pirineos. Me pregunto si no será otro de esos rumores que me ponen los pelos de punta y me quitan (más aún) el sueño. Será cosa de investigar.


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Más cosas.

Si miro por la ventana, veo un cielo más bien invernal. No creo que la cosa vaya a ser grave: esta mañana estaba despejado...

Por si acaso, y para ambientar un poco, suena en casa una de esas compilaciones de singles de Parálisis Permanente.


Anoche empecé a ver Retorno a Brideshead. Comprobé que ha pasado demasiado tiempo: apenas si recordaba nada. Será, por tanto, como descubrirla.


Rebuscando entre mis papeles he descubierto (o rescatado, no sé cuál sería el verbo más adecuado; el segundo, quizá) cuatro tomos de Hi no tori (Fénix), de Tezuka. En japonés. No hace mucho tiempo que los compré... Recuerdo que los recibí a través de Previews. Cuatro tomos que leí sin entender, lógicamente, ni un bocadillo, pero que aún así pude seguir razonablemente. Cuatro tomos que me descubrieron a un narrador brutal, inventivo, excepcionalemente dotado. Y a un dibujante, cuidado, mucho más interesante de lo que a primera vista podría parecer. Hojeándolos esta mañana otra vez, he estado a punto de volver a engancharme al relato... La agilidad, la inventiva que hay en esas páginas, la riqueza de recursos de que hace gala su autor, son envidiables, abrumadoras.


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El gris del cielo no se diluye. No parece que vaya a abrir el día...

No importa.

dientes largos...

Me llega otro libro de Dibbuks. Menuda es mi tía Ana, un cuentito familiar de Ricardo Esteban con imágenes de Linhart (demasiado rígido, a mi entender, para el encargo).

(Hay en preparación otro, ilustrado por Ágreda, un señor cuyo estilo sí se ajusta a este tipo de trabajos...)



Y la cosa viene a cuento de la próxima edición de La diosa sumergida, una joya de Calatayud que llevaba demasiados años fuera del alcance del aficionado. Una recuperación que va a correr a cargo, precisamente, de Dibbuks.

A juzgar por las calidades de edición de los libros aparecidos ya bajo este sello, el de Calatayud promete ser... un tesoro.

domingo, 15 de mayo de 2005

sunday afternoon

Con título como de canción...


Larga mañana de mayo. Trabajo; es decir, madrugón (y mala noche, que a mí el despertador me provoca ansiedad y acabo por no dormir), mucha gente, dolor de pies y qué bonito está el Jardín Botánico por la mañana temprano.

Comida con vino, cerezas de postre. Una lavadora, otra en espera. Fregar cacharros en la cocina, leer la prensa. (Noticia, ya sabrán todos: el domingo próximo comienza la promoción de El País y sus tebeos, con un Astérix clásico de regalo y eso...) Poner algo de música (Camera Obscura: Under achievers please try harder; por ejemplo.) Trastear. Aquí, sí... Y mirar lo que han escrito los vecinos. (Por cierto... ¿qué pasa con dreamers?)

Tarde relajada.


He leído algunas cosillas estos días. Más Morrison reciente, algún mutante whedoniano, más Andi Watson. En espera, se acumulan algunas cosas más. Y quién sabe si esta semana, que se van sucediendo las novedades pre-Saló.


Con todo, lo que más me apetece ahora es... no sé, dejarme llevar. Hojear por aquí. Subir la música.


¿Y mañana? Bueno, mañana ya veremos...

sábado, 14 de mayo de 2005

poca cosa

Pues sí. Sábado, ya ven. De sol.

De sol y de musiquita chisposa.

Aunque hay que salir en un ratito a trabajar.


Lo que me recuerda... que en unas semanas cumpliré veinte años en la empresa. Veinte.


Joder...


Pues eso, que si uno echa la vista atrás, dónde estaba entonces y quién había cerca, y la gente y los lugares por los que en este tiempo hemos pasado... Bueno, la de cosas que hemos hecho. Y la de amigos que hemos ido encontrando por el camino.

Y los que quedan por encontrar, dirá el optimista. Y lo que queda por hacer... insistirá.


Pues eso, ¡lo que queda aún por hacer, por contar, por encontrar...!

Seamos optimistas. (No es una decisión: es que soy así, de vaso medio lleno siempre... o casi.)

Lo que no quita para; pero eso es otra historia, claro. Y ya mañana, si acaso.

viernes, 13 de mayo de 2005

noticias y amigos

Primero, los amigos: siempre.

Me llegó la cubierta del que será segundo libro de Modotti, una mujer del siglo XX. Ángel de la Calle, su autor, es un buen amigo, seguramente ya lo saben. Es, también, uno de los agitadores más inquietos, audaces y enternecedores que nuestro país ha dado en el campo de la Historieta. (En otros campos, también; siempre empeñado en ampliar los límites de lo cultural y su percepción... y su disfrute.)



Supongo que hay mucha gente ahí fuera que no acaba de entender que esta obra acabara editándose en Sinsentido. Quizá porque no entienden que la agitación de la que hablaba antes puede hacerse de múltiples maneras... y un cierto elitismo formal, una decidida exquisitez en lo estético, también es una forma de romper, de luchar... o de agitar, en suma.

El libro se presentará en el Saló, y aquí entramos ya en el campo de lo noticiable (sin abandonar el de la amistad, eso sí). A tenor de lo que he podido ver, que no es mucho, mantiene el pulso narrativo y el feroz romanticismo que hicieron de la primera entrega uno de los álbumes más memorables del año.

No sé ustedes: yo me muero por leerlo.


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Sin abandonar las noticias... leo en todas partes que Glénat publicará un álbum de Purita Campos para el Saló. Un buen puñado de páginas en blanco y negro.

Señores... una noticia que, de no ser las horas que son, me llevaría a brindar con todos ustedes...

Otro día. (Cuando lo pueda hojear aquí, en casa, y disfrutarlo.)


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En lo que respecta al día... no ha sido malo. Una tarde razonable, con un amago invernal que ha disfrazado a Madrid de película de espías...


Eso sí: ver en la televisión de pago Teminator III ha sido una experiencia... en absoluto memorable, la verdad. A pesar de que el tono de la primera hora, más o menos, es suficientemente autoparódico y enloquecido como para que uno no busque el mando a distancia.

(No entiendo qué hacía Claire Danes ahí... aparte de demostrar que va camino de una madurez esplendorosa...)

viernes... y ya veremos

Como anoche les decía, dejo aquí una imagen del alemán. Del folletito que se regala en la sala. La exposición, de acceso gratuito, termina este domingo próximo. Si pueden, no se la pierdan. Es breve, pero jugosa.



No puedo decir que haya dormido bien, y les juro que era de noche aún cuando me he despertado por el concierto del pájaro vagabundo de que les hablaba hace algunos días.

Lo del banco ha sido rápido. Comprar unas rosquillas típicas, ya saben; echar un ojo al periódico. Recoger, bla, bla... Una mañana cotidiana.


Veo desde la ventana que el cielo está de un gris preocupante. Paraguas. (Hay que ver lo que hace la edad: en tiempos, ni se me ocurriría llevarme un paraguas por si acaso...)


Luego les cuento cómo se ha dado la tarde. Tengo toda la intención de que todo vaya bien... (pero claro, uno puede proponer, y empeñarse... pero no puede disponer...)

lo prometido...

Tino Gatagán. Una imagen rescatada de mi archivo desordenado.



Tenía, ya lo dije, un estilo muy reconocible. Anguloso, elegante, sintético. Con los años fue descuidándolo, quizá acomodándose... pero siempre, hasta en su último trabajo, fue... eso, personal, inconfundible.

mucho mejor

A pesar del madrugón y una noche inquieta de sueños a destiempo y ráfagas de viento arañando la persiana, una mañana agradable; hasta memorable. Bajar caminando bajo un sol disfrazado de invernal (a ratos), curiosear un poco por la Feria del Libro Antiguo (hace falta una visita más reposada, más de mirar despacio y revolver), acercarse a la Fundación Thysen y sortear un par de grupos de cachorritos pijos (que a esa edad, ninguno mayor de cuatro años, son como muñequitos de diseño) para entrar en la salita donde se exponen unas tablas exquisitas de Memling, alemán prodigioso capaz de atrapar la realidad y disfrazarla de trampantojo. (Ya mañana les cuelgo alguna imagen...)

La tarde, bien. Tranquila, en contraposición a las tormentas de pasados días. Larga, claro... pero menos áspera.


Mañana tengo algunas gestiones en el banco, y no sé si algo más... Procuraré encontrar un hueco para contarles lo que se me pase por la cabeza. (O para hablarles de Mutts: el libro décimo es otra joya.) O para brindar con ustedes: me queda aún vermut; un culín.


Buenas noches.

jueves, 12 de mayo de 2005

disimulando...

Ayer, al final, fue un día de mierda. (Con sus momentos impagables de sol, y yo me entiendo; pero un asco de día, en general.) Así que vamos a hacer como si no hubiera habido miércoles.



Disimulemos... total, quién va a darse cuenta...

Y lo que importa es hoy. Que hoy es jueves, que seguramente saldrá el sol... (Que a estas horas esté ya nublado, y ahora hablo del tiempo, es una anécdota que no me va a desbaratar los planes...)


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Compruebo que cada día que pasa me lee más gente. (O, al menos, hay más entradas en el contador...) Lo que no deja de sorprenderme... y halagarme, claro.

Espero no decepcionar a nadie... ni siquiera cuando cuelgo naderías como la de hoy.


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Estos días, estoy viendo episodios de la serie norteamericana Dead like me. Que me tiene perplejo, inquieto, enganchado y, también, un poco incómodo. Cuando acabe con ellos les cuento más cosas... pero quede aquí dicho: me gusta mucho y se la aconsejo fervientemente a todos. La pasan en no sé qué satélite y/o cable; a mí me prestaron unas cintas de VHS para ir viéndola sin publicidades y toda de seguido.


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Quizá me pase luego, antes de trabajar, por la exposición de Memling. Me apetece.

Después... veremos.

miércoles, 11 de mayo de 2005

más cosas

Parece que el cansancio funcionó; he dormido un poco mejor hoy.


Extraña sensación: anoche, viendo en la pantalla a personajes que ya sabes muertos. (En Urgencias, digo.) Muertes que te afectaron, además. (Siquiera de esa manera superficial y estética en la que afecta la muerte de una ficción; que es, a veces, más emocional, más dura, que algunas muertes reales, pero lejanas...) Pienso en ese doctor Green, el de las gafitas, ¿recuerdan? (Se llama Green, ¿verdad? Mark Green, si mi memoria, ya saben...)


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Muertes reales. Tino Gatagán, ilustrador. Un cáncer largo, doloroso.

El suyo fue un estilo reconocible, muy efectivo.


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New Order suenan. El cielo empieza a cubrirse... despacito y ya veremos.


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También en Locus. Susanna Clarke, autora de Jonathan Strange & Mr. Norrell, habla de sus influencias, de sus intereses, de su novela. Se apuntó a un curso de escritura, ya saben. Le sirvió, sí... para enamorarse de uno de los que lo impartían. (El mismo que envió uno de sus trabajos a Gaiman, que no sólo la escribió con admiración, sino que consiguió que se publicara en una antología de literatura fantástica: un primer paso notable, y decisivo.)

Entre sus influencias, o intereses literarios, cita a Jane Austen y a Dickens. Y a Chesterton, sobre todo: El hombre que fue Jueves.

Es reconfortante confirmar que uno lee a gente sensata...


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Hora de irse.

Tengan ustedes cuidado ahí fuera...

hoy

O mañana, más bien... Aunque empezaremos por hoy, sí: martes.

Largo martes. Con sus sonrisas y sus momentos amables, pero con una sensación permanente de desastre como a punto de venírseme encima, no sé si me sé explicar... Y todas esas cosas chiquitas que van torciéndose, desde el metro que no llega al agua que se derrama o al jamón que está demasiado duro. O, incluso, al episodio de Urgencias, que es repetido y de hace dos temporadas, como poco; no sé si tres, incluso...


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Leído en Locus: ya hay autora elegida para escribir la continuación oficial de Peter Pan. Se trata de Geraldine McCaughrean, escritora británica de literatura infantil. El libro aparecerá hacia finales de 2006; mes más, mes menos.


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Luis Durán publica en Planeta. Me dicen que está contento. Y me dicen que es su mejor trabajo.

Me dicen más cosas...


Yo me alegro por Durán. Me gusta su obra, y me parece que merece un trato editorial profesional. Y más éxito.

Y me parece que no desentonaría en algún catálogo francés.


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Yo, por mi parte, debería ir pensando en acostarme. Estoy muy dormido. De ahí estas notas inconexas y sin continuidad...

A ver si acaso mañana...

martes, 10 de mayo de 2005

ayer

Llegué a casa cuando aún era de día (extraña sensación... es lo que tiene el cambio estacional). En la mochila, entre algunas otras cosas, un Comics Journal dedicado a Eisner y un tomo de Mutts.

La tarde estuvo bien. Relajada. Charla, algunas risas...


Hoy empieza mi semana laboral. Ojalá fuera tan relajada, tan de sobremesa como el día de ayer... (Pero me da a mí que no, miren ustedes. La cosa va a peor...)


En fin... ¿qué les iba a contar yo? Ah sí: que buenos días. Y a ver cómo se da la cosa...

lunes, 9 de mayo de 2005

altuna

A este señor lo conocí personalmente en la Semana Negra de Gijón, hace dos o tres años. Un tipo amable, con cierto gesto de perplejidad ocasional y siempre dispuesto a charlar con quien se le acerca.

A este señor lo conocí mucho antes. Su obra, digo... que también es él, de una u otra manera. Lo conocí a través de las revistas de Toutain. Lo conocí en un par de entregas de género negro sobre guiones de Saccomano (una de ellas se titulaba Clitemnestra, lo recuerdo como si fuera ayer). Lo conocí de la mano de Carlos Trillo y Charlie Moon. Lo conocí al cruzar con el señor López una de esas puertitas que llevaban a mundos tan distintos, tan iguales, tan disparatadamente este mismo.

De este señor se dijo que dibujaba como Dios. (Una broma muy Toutain, ya se hacen ustedes una idea.) Y se dijo que dibujaba las muchachas más bonitas y sexys de la Historieta (con permiso, esto lo añado yo ahora, de Crepax y Manara, si acaso. Y hasta del señor Carrillo, pero ahí ya ahondaríamos demasiado y no es plan...). Quizá cometió la ingenuidad de creérselo, y se embarcó en unas cosas eróticas para Playboy y así que, charlando con él, se negaba a entender que se las considerase machistas, porque a lo mejor uno ve sólo lo que quiere ver en su propia obra, no sé...

A este señor le han dado un Yellow Kid que premia toda su carrera, un galardón que anda últimamente un poco olvidado, no entiendo por qué...

Y yo, desde aquí, me alegro un montón por él. Como me alegro por el otro premiado, Paco Camarasa, editor suicida sin el que un buen porcentaje de la Historieta de riesgo de este país no habría podido ver la luz.



A veces, los premios sí premian con justicia.

domingo, 8 de mayo de 2005

balance semanal

O algo.


¿Qué les cuento? Que he estado liadillo todo el día: que si los deberes, que si una comida de familia... Que mi lectura va lenta (Jonathan Strange & Mr. Norrell, ¿recuerdan?), pero segura. Que la noticia del día (nuevo bebé real en camino... hay que ver qué genes tiene esa familia, ¿verdad?; y cualquiera lo diría, mirados de cerca...) ha eclipsado al pesadito de Alonso (que me cae mal, qué quieren que les diga). Que la noticia de la semana ha sido lo de El País: coleccionable de Historieta en formato de álbum europeo y con criterio (aún no está claro cuál, pero parece que sí habrá un criterio). Que la presentación de lo de Lanza en astillero estuvo bien, por lo que me cuentan. Que mi amiga y sus chicas volvieron ya de Egipto, encantadas y hechizadas.

Y que hay nuevo coleccionable en kioscos: Arriba y abajo. La serie de televisión británica, sí. Esa misma. Ya les contaré. (En principio, parece que prometen las dos primeras temporadas... Ya investigaremos por ahí, a ver cómo es eso...)

Y que mañana me traeré a casa más tebeos para leer, cuando tenga un huequito.

Y que al amigo Camarasa le han dado un Yellow Kid por su labor como editor.


Y que ya he terminado de ver la segunda temporada de Angel... y, si no tengo noticias de ediciones próximas, no creo que tarde mucho en dejarme llevar y pedir las siguientes en edición inglesa...

Y que me he enterado de que el señor Ray Loriga prepara una película sobre Santa Teresa... ¡y Amenábar, otra sobre Juan Pablo 1º! Y no sé qué me pasma más...


Y ya. Que es hora de ir preparando una ensaladita ligera, de lavar las fresas, de apagar este chisme ya...


Hasta mañana, señores.

sábado, 7 de mayo de 2005

jardines

Boilet ha firmado algunos de los manga más tiernos y emocionantes que he podido leer. En sus páginas hay chicas bonitas y llenas de vida, hay momentos de calma, hay hermosas vistas desde la ventana del dormitorio. Y hay música de fondo. Y hay gestos naturales, y un olor a habitación usada, a sexo, a flores frescas. Hay historias tristes y hay una alegría difícil de contener, una alegría que rebosa de cada viñeta y enciende el libro y te hace reir como un tonto, esa risa, ya saben: la que te sale de dentro y te deja con la cara llena de lagrimones y un dulce dolor de tripa.



Boilet es francés, ya ven. Como Godard. Y hay en su obra mucho de nouvel vague. Hay gafas de sol (y si no las hay, debería haberlas). Y hay cigarrillos, y calles en blanco y negro. Y amores ilícitos (pero no sé si un amor puede serlo: en las películas, si acaso... en los tebeos). Y mujeres de las que te enamoras sólo con verlas un momento en un café; de su nuca, de sus labios, de la manera que tienen de remover el café.

Y hay, siempre, historias que no acaban, vidas que continúan después de la última página.


En esta ocasión, cuenta con la colaboración literaria de Peeters (una anécdota, diría yo).


Sé que salió hace tiempo, y estarán muchos de ustedes calculando qué comprar de aquí al Saló de Barcelona... pero creo que nadie debería permitirse el lujo de no tener este libro de Ponent Mon. Porque todos los libros de Boilet que he leído son, en sí mismos, un lujo. Y Tokio es mi jardín no es una excepción.



Disfrútenlo.

viernes, 6 de mayo de 2005

apuntes: it´s a strange world

Leo en Fotogramas que en algunos cines Imax del sur de los USA no se han estrenado algunos documentales porque en ellos se hace referencia, aunque sea un poco de segunda mano (hablan de volcanes submarinos... y de las bacterias que en ellos viven y que, oh sorpresa, comparten cierta información genética con nosotros: Darwin), a la Teoría de la Evolución. Para no molestar a los poderosos grupos de presión cristianos que insisten en rechazarla en favor del Creacionismo.

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Leo un titular del NYTimes: en Kansas, los grupos de presión cristianos siguen apostando por que en las aulas se proponga el Creacionismo como alternativa científica a la Evolución. (Científica, sí: a mí no me miren.)

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Por acá, permanente bronca con respecto a la ley que regula el matrimonio entre personas del mismo sexo. Bronca que va de lo filológico (que ya es el colmo: matrimonio=maternidad y bla bla bla...) a lo ético (y la objeción de conciencia o la desobediencia civil... de los alcaldes), pasando a menudo de puntillas por lo religioso, no sea que.

Por acá, la guerra abierta en las aulas no tiene que ver con la Evolución, afortunadamente. (Pero, no sé... tiempo al tiempo.) Ni tiene que ver, por cierto, con el bajísimo rendimiento de nuestros chavales en materias científicas. Ni tiene que ver con los bajísimos índices de lectura general del país. Ni tiene que ver con la sorprendente tasa de analfabetismo funcional. Ni tiene que ver con el desprecio generalizado que aún se da con respecto a todo lo que pueda identificarse con lo intelectual (ese palabro...). Ni tiene que ver con el bajísimo nivel de nuestra enseñanza de idiomas extranjeros: uno ve a los chavales franceses, y un alto porcentaje de ellos chapurrean un castellano aceptable, y el inglés de todos es muy razonable; uno escucha a los norteamericanos teen y descubre que hablan español, muchos de ellos; uno, aquí, ve que nuestros adolescentes no llegan a articular ni en su propio idioma; uno, aquí, ve a los alonsos mediáticos hablar con los periodistas de fuera en un inglés lamentable; uno, aquí, ve a los deportistas de élite, modelo oficial de conducta para la chiquillería, expresarse como zotes. Ah, pero no, los problemas de la reforma educativa se centran, parece, en la clase de religión. Eso sí importa. Eso sí provoca debate encendido. ¡La libertad religiosa de los padres, por Dios!

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Qué quieren que les diga... A mí, a veces, me da todo (pero todo) mucha vergüenza. Ajena, sí... pero tanta, que la siento como propia.


Lo que no quita para que, en general, hoy haga un buen día: cielo azul, solecito... ya saben.

servicio público

Me llega noticia de una exposición en la nueva Panta Rhei (calle Hernán Cortés 7; aquí, en Madrid). Del 10 de Mayo al 20 de Junio. Se trata de una pequeña colección de dibujos firmados por Isol, la cantante del grupo Entre Ríos.



Isol nació en 1972 en Buenos Aires. Estudió allá Bellas Artes. Ha publicado en México, España, Francia. Ha trabajado en revistas y periódicos. Ha escrito el texto de alguno de sus libros, pero quizá su trabajo más conocido sea El cuento de Navidad de Auggie Wren de Paul Auster (publicado en España por Lumen). Tiene varios premios; entre ellos, el Golden Apple de la Bienal de Ilustración de Bratislava (2003).

Sus discos están editados por Elefant. Una parte de su trabajo (y algo más), pueden verlo ustedes aquí.


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Por cierto... no, no ha amanecido el viernes, todavía.

Y sí, el jueves ha sido largo. Muy largo.


Y he cedido a la tentación: compré esta mañana en un VIPS el libro de cartoons de The New Yorker. Ya saben, ese tomo gigantesco que viene acompañado de dos CDRoms con todos los cartoons publicados por la legendaria revista desde su nacimiento hasta... el año pasado, creo.

No, no me cabe en casa, tienen razón. Qué me van a contar que no sepa yo...

Pero me lo pienso leer enterito (CDRoms incluídos) este verano...

jueves, 5 de mayo de 2005

de buena mañana

Ah... ¿les he dicho ya que detesto madrugar?

Por obligación, digo. Que una cosa es levantarse cuando el cuerpo lo pide (y a veces lo pide a horas muy raras, estarán conmigo en eso) y otra muy distinta hacerlo porque el despertador y luego el metro y a lo mejor fichar o vete a saber.

Por lo demás, a estas horas da gusto pasear un ratito, estar en la calle. Fresquito. Cielo limpio.


Les dejo, en fin. El reloj...

aún no es jueves, no hagan caso...

Vuelta a la realidad.

Me ofrecían hoy una gatita de dos semanas. Blanca, blandita... Pero a ver qué hago yo con un bichito así, si en casa no hay nadie nunca ¡y todavía hay que darle biberón!... Estas cosas, en verano, en vacaciones, para poder dedicarle tiempo y enseñarle esto no se toca, aquí ni acercarse, el papel no se come... ya saben.

Qué pena. La hubiera llamado M. (Cosas mías...)


Noticias perfectamente asquerosas en el trabajo. Mejor ni les cuento. (Eso sí... no todo ha sido rumiar malos presagios. Bueno, ya lo habrán visto: ¡hasta ha salido el sol!. Pues eso.)


Por suerte, en casa, después de una cena frugal (por así decir), dos episodios de Angel. Dos cada noche, ese es mi ritmo. Sí, así se acaba enseguida la temporada... pero es que casi nunca hay nada que ver en la televisión. (Nosotros, los no cableados ni satelitizados vivimos así, a salto de mata y tirando de vídeos amigos o DVDs, qué le vas a hacer...)

La segunda temporada, por cierto (y ya que estamos), supera con mucho a la primera. El hallazgo del karaoke y su Anfitrión (The Host, en el original; Host, como nombre propio, en el doblaje: un despropósito) me parece, ya de por sí... impagable.



(Qué cantidad de paréntesis... Me estoy superando a mí mismo. Igual es la hora...)


Mañana, madrugón, clase... quizá alguna compra. Quedan avisados.

(Y, por la noche, más...)

miércoles, 4 de mayo de 2005

miércoles, y más gris...

Lavadora puesta, algunas camisas ya preparadas. Hay que salir, comprar el pan y el periódico, algunas cosas para sucesivas cenas. Y ha amanecido, como no podía ser menos si tenemos en cuenta que hoy volvemos al trabajo, un Madrid gris y con aire de posguerra al que da mucha pereza enfrentarse...

martes, 3 de mayo de 2005

martes y gris

Ah, pero no exageremos. Ahora, justo ahora parece que se ha nublado un poco... y esta mañana, lo admito, no hacía tantísimo calor como ayer cuando he salido a comprar el diario y el pan... (Y eso que era más tarde: limpieza tempranera.)

Qué cosas, el puente llega ya a su final... y no he hecho ni la mitad de cosas que pretendía hacer. Para variar. (Aunque, en realidad, sí ha habido cambios: normalmente, no hubiera hecho nada, pero esta vez sí he avanzado un algo...)

Poco queda por decir ahora: hay que terminar de colocar algunas cosas, ir pensando en preparar algo de comida... y apurar el vermut, que ya apenas si queda (ay) para un par de vasitos.

A su salud de ustedes, claro...

lunes, 2 de mayo de 2005

cambios...

Sí, he estado trasteando un poco y he añadido algunos enlaces, por si no se dieron cuenta.

Arriba del todo tienen dos importantes: Ilustracción!, la web de la Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales (FADIP), una gente ordenada y activa que dicen las cosas bien, alto y claro, como debe ser; y autoresdecomic.com, el sitio de la Asociación de Autores de Cómic de España (AACE). Las pongo ahí arriba porque me parece importante que estén bien visibles. Porque si algo tiene la profesión de lo gráfico en este país (en lo que a tebeos e ilustración se refiere, al menos; por no hablar de la animación, claro...) es su ya endémica falta de solidaridad gremial, una actitud general más bien miserable de la que se aprovecha el editor pasándose por la entrepierna las leyes de propiedad intelectual, los pagos de porcentajes, el reconocimiento de derechos de autor y lo que haga falta, porque siempre cuenta con encontrar profesionales (si así pueden llamarse) dispuestos a rebajar sus mínimos más aún, con tal de obtener el trabajo.


He estado trasteando con el antivirus, también. (Algo me habré cargado, seguro... Me pasa casi siempre...)


Y leyendo.


Ya saben... un puente largo y perezoso... Justo lo que necesitaba.

de músicas ajenas

Otro de esos libros que uno definiría como puro capricho, esta vez de manos de Berberian (uno de los responsables de Monsieur Jean, sí) y a través del sello Naïve, discográfica exquisita que edita libros de manera ocasional.



Se trata de una colección de las portadas que el autor dibujó para su colección personal de músicas; una discografía heterogénea, sin duda. Se incluyen, además, algunas reflexiones en torno a ciertos personajes o estilos, y algunas breves historietas resueltas de manera rápida. (Entre ellas, cabe destacar, por su sabor High fidelity, esa en la que se nos detallan las tres reglas para que tu música no quede irremediablemente relacionada con esa novia que te dejó; son tres, a saber: primero, jamás escuches tus discos preferidos con tu chica, porque irremediblemente quedarán infectados; segundo, lo mejor va a ser que tú y ella no compartais los mismos gustos musicales; por último, y si lo anterior no ha podido ser, procura no escuchar con ella más que la música que odies...)

En conjunto, un librito que merece la pena considerar. Un capricho, ya les dije...


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Por lo demás, hace sol también hoy.

domingo, 1 de mayo de 2005

esas tardes lentas...

En la calle hace un poco de bochorno. Sopla un aire refrescante a veces, pero no arregla mucho, la verdad. El cielo está sucio, brochazos de gris.

Suena en casa música suave. (Ya les dije...)

Sobre la mesa, cosas por leer. Mañana es lunes, pero atípico. Festivo.

Cosas por escribir, también. Despacio...



Despacio...

de lejos...

Otro de los santos patrones de este espacio: Tadahiro Uesugi, o cómo vería el mundo un Kiraz de ojos rasgados y alma pop. (No es la primera vez que aparece una imagen suya aquí. Ni será la última, se lo advierto desde ya a todos... Me gusta demasiado para no ceder a la tentación.)



Anoche, en la televisión, escenas caóticas: atentado en El Cairo. Nervios, preocupación, el móvil: pero no, mi amiga y sus chicas están bien. Alucinada, dice; con muchas cosas que contar... (Pero bien, sí. Era lo que quería saber. Un gran invento, esto del SMS.)


Previews en casa. Hojeado ayer, con pereza. Algunas cosas están ya señaladas, a la espera de un repaso serio.


La palabra del fin de semana, del puente: pereza.