viernes, 2 de septiembre de 2005

segundo día

Por la mañana, de compras. Y una noticia en el móvil, cuando salía del metro, que me deja helado: mi amigo A ha tenido un infarto, está en la UVI...

Es un tipo afable, alguien que cae bien sin que pueda remediarlo. Un poco más joven que yo, apenas unos meses. Nos conocemos desde hace veinte años: entramos juntos a trabajar, la primera vez que nos pusimos el uniforme parecíamos niños de San Ildefonso... Estuve en su boda.


Puf...


(Y, en la televisión, un permanente chorro de imágenes apocalípticas. Nueva Orleans, Bagdad; ayer, Basdan, los restos de la escuela donde hace un año, ya saben... los niños, los soldados, los muertos...)


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Compras, decía.

Mirar en las librerías. Cosas, sí. Algunas cosas.

Incluso un calendario para el año próximo. (¿Precavido? No, es que luego, para diciembre o enero, ya sólo quedan los demasiado evidentes.) Con imágenes de Charles Addams. Muy bonito.

Y un Previews.



Esas cosas.