miércoles, 27 de julio de 2005

ese ventilador...

No sé qué sería de mí sin él.


Pero, a lo que iba... Llevo días rumiando cosas en la penumbra. He descubierto que alguna de las cosas que aquí voy dejando puede tener una mínima repercusión, y no deja de sorprenderme. Obviamente, no voy a cambiar mi manera de abordar la aventura diaria de contarles aquí lo que se me pasa por la imaginación o lo que me ocurre en la calle, en el trabajo, en la cocina. Pero sí es cierto que, hasta ahora, los números que iban avanzando en el marcador de visitas que hay al fondo a la derecha, por así decir, eran más un juego, una idea abstracta, un mero suponer, que una realidad con consecuencias, por mínimas que puedan ser. De pronto, uno se ve en la tesitura de pensar que sí, que hay gente (además de los amigos que dejan su comentario por escrito) ahí fuera. que hay quien me lee.

Y yo, que me paso horas (cuando las tengo, tampoco pensemos cosas que no son) curioseando en otros blogs, más interesado cada día en espacios ajenos, cuanto más personales y alejados de la Historieta mejor, no dejo de sorprenderme de estas cositas...

Pero no importa. No les canso más. Yo, a lo mío.


A ver. Que he comprado esta mañana, en un arrebato de buen gusto que sabrán apreciar todos ustedes, estoy seguro, sendos packs de DVDs: Los Picapiedra, segunda temporada, y La Pantera Rosa, los dibujos animados. Además de una compilación de canciones de la Sylvie Vartan más ye-yé... Lo cual me asegura unas cuantas horas (envdiables) de placer visual y risas para los próximos días. (Y a ustedes, lamento decirlo, que yo se lo cuente más veces de lo que sería prudente, ay...)


A ver. Que hoy hace un poco menos de calor, y he dormido esta noche un poco menos mal.


A ver. Que la novela de Rafa Marín se lee con una fluidez envidiable, y es más divertida cuanto más se avanza en la trama.


A ver. Que no emiten ya, como dejaba dicho por aquí Cuadrado, El ala oeste. No sé si terminó la temporada correspondiente, o sencillamente desapareció de la programación porque sí.


A ver. Que estuve mirando este fin de semana el biopic de Peter Sellers que ha dirigido Stephen Hopkins (Llámame Peter, lo han titulado por acá), y me pareció un solemne tostón que tiene sus mejores bazas en el histrionismo del protagonista, en las actrices principales y en una banda sonora perdidamente pop. (Lo vi en la televisión, que conste: Canal + todavía tiene, en su declive, pequeños aciertos...)


Y que me voy a la compra, a ver qué hay en el Mercadona de aquí cerca, que lo han abierto después de unas obras y vaya usted a saber... estoy caprichoso, ya se habrán dado cuenta...


En fin, ya luego, si acaso...