jueves, 20 de enero de 2005

Madrid, el cielo...

Sin ponernos castizos, pero es que estaba esta mañana tan bonito el cielo... Plaza de Castilla, azul y frío, reflejos acharolados de acero y cristal, un permanente zumbido de actividad alrededor... Y todo él ahí arriba, inmenso y transparente. Y al fondo, detrás de los edificios, hacia el horizonte, una espuma de nubes. Y el solecito, que dice el amigo ÁNGEL; el sol.

En el metro, antes y después, al caer la noche, Machen. Brillante. Una frase: (...) desde el elevado terreno en que se hallaba, divisó el espantoso espectáculo de Londres dormido. Ese adjetivo ahí... lo cambia todo, da un vuelco al párrafo entero y prepara al lector para lo que vendrá después. Un adjetivo ahí, justo donde menos lo esperas... ese adjetivo, claro.



No he dormido muy bien. Mañana, otra vez a madrugar...