sábado, 20 de noviembre de 2004

congresos...

El español no corre peligro, dicen. Como si fuera una especie al borde de la extinción. Como si fuera un enfermo condenado a la vigilancia intensiva permanente.

Las lenguas las hacen los hablantes, ellos las mantienen vivas, ellos crean y recrean, inventan, adaptan y usan. (No los escribientes; ni las Academias, que ellas están, en todo caso, para levantar acta, casi siempre tardía, o para hacer inventario después, necesariamente después.)

No sé si para llegar a esas conclusiones (¿no era, no es, evidente?) hacían falta semejantes alforjas congresuales... Por si acaso, no se les olvida convocar la siguiente cita, no sea que, en el intervalo, el español se acabe por resfriar...



(En Babelia, hoy, Calvo Serraller escribe un hermoso texto en torno a una novela de Kawabata.)